Recuerdo hace muy poco cuando tenía un viaje cuantos equipos a recoger, el teléfono Nokia que como una mosca vibraba sin parar, una cámara de kodak y otra para filmar ya el proceso de miniaturización unificó todo en el teléfono inteligente, el sexto sentido o tercer brazo del hombre. No tiene límites geográficos y abre un gran abanico de posibilidades en el trabajo remoto.
Muchos hoy culpan la tecnología de que ocupa o mantiene enajenados a los niños y jóvenes, pero si hacemos una retrospectiva, sucedía de la misma manera antes, siempre había algo para desvirtuar a los jóvenes y ocupar el tiempo de estudio o lo que les correspondiera hacer, y los padres siempre tenían trabajo, así que tampoco tenían tiempo para la casa. Nuestra propuesta es que la familia es la única responsable de cuanto tiempo y que tareas deben implementar para que se cree un espacio interactivo, con momentos en los que se use la tecnología y otros en los que no, pero no negar el uso de los dispositivos pues cada vez habrá más dependencia para estudiar y trabajar de los equipos electrónicos y los que no lo sepan usar simplemente serán menos eficientes y menos empleables. En próximas entregas vamos a poner resultados de herramientas de control de tiempo y acceso a aplicaciones para aumentar la productividad y el tiempo en familia.
About the author